domingo, 18 de septiembre de 2011

¿Quién quiere enemigos?

Presión, miedo, impotencia, inseguridad...
Esos son sólo algunos de los estados de ánimo por los que atravieso cada vez que se me presenta algún obstáculo en el camino.

Hace unos meses me presenté a unas pruebas para obtener unas capacitaciones. Dichas pruebas las suspendí. Y dichas pruebas tienen examen de recuperación para lo que me estoy preparando hace un tiempo. 
Yo esperaba que fueran para principios de octubre, no sabía cuando, pero para principios. Pero cual es mi sorpresa, que no. Son para finales de noviembre. 
Mejor ¿no? Más tiempo para prepararme, repasar... Pues NO.

Donde unos ven más tiempo para respirar, yo veo más tiempo para ahogarme en mi vaso de agua. ¡Venga a llenarse! ¡Venga a pasarlo mal! A mí eso de hacerme boicot se me da estupendamente bien.

Si tuviera un antagonista sería como yo, pero en versión mejorada.
Se limitaría a ser práctico y buscar soluciones a los problemas en vez de hacer una montaña de un grano de arena. 
Como no lo tengo, me tengo que obligar yo a ser de esa manera, costándome horrores. Nunca me he llevado bien con mi super ego, que le vamos a hacer. Hay un momento en mi continua lucha por conseguir acabar haciendo lo que se supone que es correcto, en el que sucede algo, no sé exactamente el qué, pero siempre la acabo fastidiando todo.

Espero que los problemas de verdad tarden mucho en venir, puestos a pedir que no vengan nunca, porque no sé como me los podría llegar a tomar. 

¿Soy la única a la que, parece, le gusta complicarse la vida?


Intento de autoterapia #itsfree 

No hay comentarios: